El tratamiento del vaginismo con toxina botulínica es una técnica para corregir las contracturas anormales de los músculos perivaginales que se producen durante la penetración vaginal y que provocan relaciones dolorosas.
¿En qué consiste el tratamiento?
El vaginismo con Botox, consiste en la infiltración de pequeñas cantidades del toxina botulínica tipo A, una proteína natural purificada que consigue la paralización de determinados músculos de la vagina. Es decir, se produce una relajación de la zona vaginal de una forma rápida y segura.
El efecto después del tratamiento de vaginismo con Botox aparece entre las primeras 48 y 72 horas, siendo completo entre los diez y doce días aproximadamente.
Duración de los efectos
Al tratarse de un tratamiento temporal (en general, los efectos del Botox comienzan a desaparecer a los 4 ó 6 meses), se recomienda repetir el tratamiento de vaginismo con Botox a los seis meses y, finalmente, una sesión anual como mantenimiento. Sin embargo, con sucesivas infiltraciones el periodo efectivo es mayor.
Preguntas frecuentes
Cuidados previos
Para la realización de este tratamiento no es necesario ninguna analítica previa ni pruebas alérgicas. Se aconseja, durante los 15 días anteriores al tratamiento, no aplicar tratamientos en la zona a tratar.
Hospitalización
No se requiere hospitalización. El tratamiento se hace de forma ambulatoria en la propia clínica.
Duración del procedimiento
El procedimiento, dependiendo de cada paciente, dura alrededor de 15-30 minutos. Una vez finalizado el paciente puede reincorporarse a su vida normal de forma inmediata sin señales de haber realizado el tratamiento.
Anestesia
Este tratamiento no requiere de anestesia ya que es indoloro. Aún así, puede utilizarse anestesia tópica (una crema anestésica que se aplica 20 minutos antes).
Cuidados posteriores
Puede notarse pequeñas molestias que desaparecerán en el transcurso de unas horas.