Las falsificaciones llegan a la medicina estética

Las falsificaciones llegan a la medicina estética

El médico debe facilitar una etiqueta con la marca y lote del producto utilizado

La medicina y cirugía estética tampoco se libra de las falsificaciones, en concreto la toxina botulínica, el ácido hialurónico y la silicona líquida parecen ser los productos más copiados. A raíz del auge de la demanda de tratamientos de medicina estética, concretamente el rejuvenecimiento facial, y como consecuencia en parte de la reciente crisis europea, tanto centros médicos, como profesionales y consumidores se han interesado en tratamientos estéticos cada vez más económicos a base de productos falsos que no suelen estar regulados y que, por tanto, carecen de las garantías sanitarias suficientes y, lo que es peor, pueden suponer un peligro para la salud humana.

No olvidemos que cualquier sustancia que vaya a ser utilizada en un procedimiento estético precisa de varias fases de estudio, controles y experimentación y que duran años antes de que el producto pueda ser aprobado para su comercialización.

Afortunadamente, recientemente se ha creado una coalición para frenar estas falsificaciones: «The Coalition Against the Fake Aesthetic Market», bajo los auspicios del IMCAS, cuyo 13º Congreso Mundial de Medicina Estética y Anti-Aging se celebró el pasado mes de marzo en Mónaco y al que asistió el Instituto Aisthe. El objetivo de este grupo (que trabaja conjuntamente con asociaciones científicas a nivel mundial, organizaciones internacionales, compañías, industria farmacéutica, autoridades reguladoras entre otros), no es otro que el de proporcionar a los profesionales del sector de la medicina estética y cirugía estética toda la información disponible respecto a los productos ilegales que circulan en el mercado con el fin de evitar posibles fraudes.

En este sentido el Dr. Serrano Adán, Director Médico del Instituto Aisthe, recomienda que los pacientes se informen previamente sobre qué productos utilizará el médico en el tratamiento y exijan que se facilite una copia del certificado del producto utilizado en donde se especifique, de forma única, la marca comercial y el lote. Esta es la máxima garantía de que nos encontramos ante una clínica que prima la calidad de los productos y, por tanto, la salud de sus pacientes.